Las emociones.

Para que cualquier acontecimiento que ocurra en nuestra vida tenga un impacto en nosotros, tanto positivo como negativo, debe ir acompañado de una emoción. Dependiendo de la gestión que hagamos de esas emociones así serán las consecuencias de ese acontecimiento en nosotros y en nuestra vida.

Las emociones son ese sentir profundo que está por debajo de una cascada de acontecimientos que nos ocurren ante una situación, en primer lugar la percibimos por nuestros sentidos, dependiendo de los programas y creencias que tengamos vamos a generar un juicio y por tanto un pensamiento al respecto de lo que nos ha ocurrido; este pensamiento generará un sentimiento, que producirá una sensación en nuestro cuerpo y finalmente tendremos una emoción profunda generada por cómo vivimos, según nuestros patrones, esta situación.
Por tanto, las emociones son el primer signo del lenguaje de mi cuerpo, entendiendo y gestionando éstas, podré lograr entender un poco más mi biología, ya que detrás de ellas hay toda una bioquímica regulada por el inconsciente, que atendiendo a una lógica biológica aplastante va a tener unas consecuencias en mi organismo.
Cómo decíamos al describir la enfermedad, ésta tiene siempre una intención positiva inconsciente, responde a una lógica que yo puedo entender sabiendo el para qué mi cuerpo genera esa respuesta, en base a qué incoherencia entre consciente e inconsciente es esa la solución. Pues recordamos que la enfermedad o síntoma es siempre la solución que da mi biología a esa emoción que no estoy gestionando correctamente.
Cuando hablo de que detrás de la emoción hay una respuesta bioquímica, me refiero a que depende de ésta mi cuerpo, regido por el inconsciente, va a generar una serie de neurotransmisores y neuropéptidos que van a tener una incidencia directa en mi biología.
Por ejemplo, si estoy en una situación de peligro y tengo miedo, mis suprarrenales van a generar adrenalina que va a dar una serie de órdenes a mi corazón, pulmón y músculos, principalmente, y la respuesta será que mi corazón late con más fuerza para impulsar más sangre a mis músculos, que además debe estar oxigenada por lo que los pulmones también deben trabajar a más velocidad y el resultado es que yo estoy preparada para la huida.
Y qué pasa cuando el peligro no es real? Cuando esto ocurre, pero igualmente siento miedo y aparece el estrés, la bioquímica es la misma, y como el resultado final no es salir corriendo, todo ese «Exceso» que igualmente se ha generado en mi cuerpo, únicamente se acumula hasta niveles que pueden llegar a ser tóxicos y producen la enfermedad o síntoma que padezco.
De la misma forma ocurre con las emociones positivas, generan igualmente en mi organismo una bioquímica, pero en éste caso las sustancias que resultan son beneficiosas para mí y por tanto me aportan «más salud». En definitiva: si puedes elegir, que te aseguro que puedes….elige la calma, la alegría, la felicidad, la risa……»nada que te ocurra carece de esa parte positiva que te puede llevar a esa vida saludable que deseas».

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